miércoles, 13 de enero de 2010

El cine, las comparaciones y el Anís del Mono

Supongo que porque no nací particularmente agraciado, vamos, que soy del montón de abajo, las comparaciones siempre me han parecido odiosas. Entre otras cosas, sino la principal, porque la gente tiene la p*** costumbre de comparar Ferraris con Seat Pandas, Riberas del Duero de reserva con cosecheros de La Mancha, gambas rojas frescas con salchichas Frankfurt, Cristianos Ronaldos con digamos yo mismo ...

El hecho es que trás muchos lustros de observación, todavía no he llegado a la conclusión de si lo hacen por pura y dura hijoputez o es la más simple y llana manifestación de lo tontos que somos.

Esta reflexión viene a colación de la aparición de esta simpática tira cómica en torno a la "evolución del mundo del cine" y las posteriores y sesudas reflexiones meneadas, en las que, como no, hay que aprovechar para hacer campaña proselitista gafapastil, criticar al cine comercial, a Crepúsculo, a Avatar ..., al tiempo que se ensalzan las obvias virtudes ancestrales de Kar-Wais, Von Triers, Ki-Duks y demás fauna.

Pero claro, ya hemos vuelto a lo de siempre, si cojemos de ejempo a los 5, 6 o 7 directores más relevantes a nivel internacional fuera del mercado de Hollywood, y los comparamos con "Crepúsculo", a poco que la comparación sea objetiva ... ganan. De hecho, para ganar más fácilmente, ¿por qué no elegir directamente para la comparación verdaderas "joyas" como "Street Fighter: La Última Batalla" o "El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo"? Seguro, que con esas no pueden perder.


No obstante, en un arrebato de perversidad, ¿por qué no cometer una verdadera felonía y comparar "Crepúsculo" con las peliculas de Jeon Kyuhwan, de Jang Sun-woo, o de Samira Makhmalbaf, que hacen verdaderos y auténticos truños inaguantables, y que sin embargo van dando tumbos por festivales como si fuesen "el no va más en patinete" por el mero hecho de que algún otro director de su país o alguien de su familia haya hecho trabajos decentes? 


Noooo, eso no, que con esos ejemplos igual se cae un mito, y dejamos de pensar que todos los Iranís, Indios y Sur-Coreanos nacen con una cámara digital bajo el brazo, y podemos llegar a admitir que dentro del "cine independiente" hay mierdas como pianos.  

Pero bueno, parece que es normal en el mundo que viviemos que seamos reacios a comparar entre similares segmentos de calidad y prefiramos hacerlo con la garantía de saber que la certeza nos acompaña., y que nuestra elección, sin duda será la buena. Sin ir más lejos, a mi, mi padre me decía que era más guapo que una etiqueta de Anís del Mono.

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