miércoles, 15 de mayo de 2013

Noruega for Dummies


Cuando me planteé, hace cosa de un año, que quería ir a Noruega de vacaciones lo hice sin mucho conocimiento de causa. Alegremente y al tuntún. Yatusabes. Sonaba tan bien: NO-RUE-GA. 

Sin embargo, cuando me puse, en serio, a planificar el viaje me di cuenta de una cosa: Noruega, para un español y en general para cualquier europeo no escandinavo, es cara de cojones. Por tanto tuve que dedicar bastante tiempo a pensar lo que quería hacer para no gastarme un dinero que, independentiemente de que se tenga o no se tenga, puede ser excesivo por lo que se obtiene. 

Ahora, tras haber ido, con la experiencia de haber vivido unos pocos días allí y con el plan puesto en práctica, que salió como todos los planes: unas cosas sí y otras cosas no, creo que puede ser útil contarlo por si otros quieren repetir experiencia o al menos, basarse en ella. 


Aclaración sobre el artículo.

Varias personas, amigos principalmente que han estado en los fiordos, me han hecho un comentario que, aunque para mi puede ser muy obvio, quizá no hubiese explicado correctamente. Su comentario ha sido básicamente: ¿y todo este lío de artículo para qué? ¡si hay cruceros mucho más baratos!

Y debo decir que es totalmente cierto, si tu pretensión es, sin más, ir a los fiordos a precio asequible, lo mejor que puedes hacer es coger un crucero. Los hay de 8 días a precios muy buenos. Por ponerte un ejemplo, un todo incluído, 8 días, en Agosto, con vuelos también incluídos y tasas,  son 999€ en un Costa Cruceros. No digamos ya a final de mayo, principio de junio, donde el mismo crucero está en 750€. Además si tienes más de 55 años, para qué contarte. Y si tienes niños, en muchos de ellos, los niños van gratis. 

Si yo he montado el lío que he montado es porque no me gustan los cruceros. Porque no me gusta llegar a sitios y que me saquen como adolescentes que tienen hora de volver a casa: usted para aquí de 9.00AM a 6.00PM. ¡Rapidito que nos vamos! A mi me gusta ir a mi aire, hacer lo que me apetece, ir donde quiero, volver a la hora que me cuadre, no ir con 400 personas en tromba a los sitios, comer y cenar en restaurantes donde hay la nuestra y cuatro más... llamadme asocial. 

Y eso, obviamente tiene un precio que hay que "pagar". Todo este artículo es un intento de hacer el turismo que a mi me gusta, a un precio lo más similar al que me daría un crucero. 


Planificación: ¿Qué diablos es viajar a Noruega?

Esta pregunta puede parecer estúpida, pero tiene más miga de lo que parece, porque aunque en Noruega sean cuatro gatos y medio (5 millones de personas) tiene una superficie (323.000km2) practicamente equivalente a la de Alemania (357.000km2), una heterogeneidad en su territorio bastante significativa y con una orografía peculiar. Por tanto, no es lo mismo irse al Cabo Norte que a Oslo.

Sin embargo, cuando la mayoría de la gente habla de ir a Noruega, habla de ir a conocer la zona más significativa para el turista: los fiordos. 

Que paradójicamente, como se ve en el mapa, tampoco es que sean un lugar muy delimitado (por estar, Oslo también está dentro de un fiordo), pero que en general se da por bueno para referirse a la zona suroeste de Noruega.

Mi pretensión, como la de otros tantos turistas antes que yo, era intentar conocer mínimamente la zona de los fiordos como la parte más representativa de un viaje a Noruega. Por tanto, la información aquí recopilada se limita a esa zona y a Oslo. El resto del país tendrá que esperar a futuros recorridos.

Planificación: Fechas y Clima

Este fue el primero de los problemas con el que me enfrenté. ¿Cuándo diablos ir a Noruega (Entendiendo, insisto por Noruega, la zona de los fiordos y Oslo)? Sinceramente, después de mucho dar vueltas creo que la mejor fecha es entre la tercera semana de mayo y la primera semana de junio  o las dos primeras semanas de septiembre. Pero a esta conclusión no he llegado de forma sencilla,. Es más, quizá para ti sea errónea. Además yo mismo no la he cumplido: he ido la última semana de abril y la primera semana de mayo. 

No obstante, a esas fechas supuestamente óptimas he llegado a partir de la siguiente información que comparto desinteresadamente para que tú puedas llegar a tus propias conclusiones:

  1. La temporada alta comienza el 15 de junio y termina el 15 de agosto. 
  2. La temporada media va del 15 de mayo al 15 de junio; y del 15 de agosto al 15 de septiembre.  
  3. La temporada baja es el resto del año, salvo para actividades muy puntuales: deportes de invierno, avistamiento de ballenas, auroras boreales...
  4. En temporada alta puedes viajar por menos dinero porque hay más oferta, con lo cual al haber más opciones, también hay opciones más baratas. 
  5. En temporada alta todas las actividades, incluidas las mayores turistadas del mundo están disponibles. 
  6. En temporada alta es muy probable encontrar lugares masificados, teniendo en cuenta que para masificar un pueblo de 500 habitantes (como muchos de los que hay en los fiordos) sólo hace falta que lleguen dos crucero a las inmediaciones y 4 autobuses de turistas.
  7. En temporada media es un poco más caro viajar porque hay menos oferta y generalmente los lugares más básicos están cerrados. 
  8. En temporada media no todas las actividades están disponibles, pero sí gran parte de ellas. 
  9. En temporada media es menos probable encontrar masificación, aunque no está de más mandar unos correos a información turística de los lugares que quieras visitar para informarte de si vas a tropezar con un crucero, por ejemplo. 
  10. En temporada baja es caro viajar porque la oferta que hay es poca y bastante selecta, sobre todo fuera de las ciudades principales. 
  11. En temporada baja es posible que no tengas ninguna actividad, es más, es posible que tengas carreteras cerradas, líneas de ferry inactivas, etc, etc. Por tanto tienes que informarte muy bien de qué quieres hacer en el tiempo que estés allí. 
  12. El tiempo es muy variable. En un día normal puedes tener sol, nubes, lluvia e incluso nieve, todo seguido, a lo largo del día. 
  13. A partir de finales de abril hasta principios de octubre es muy extraño que haga verdadero frío. La temperatura puede estar entre los 0ºC y los 10ºC de mínima. Y los 10ºC y los 20ºC de máxima.
  14. Dependiendo de la época del año la naturaleza presentará un aspecto diferente, no es lo mismo la época del deshielo, que la época de la floración, que la época del verano. Sé consecuente con tu decisión: no esperes ver pastos verdes en abril, ni brumas en agosto. 
¿Y entonces porqué diablos yo fuí para el 1 de mayo si en principio era más caro que ir para el 1 de junio e iba a tener menos actividades? Sencillo, porque no podía ir en junio o en septiembre, entonces las opciones eran: primero de mayo o primero de agosto. Para mí la elección fue clara.

Planificación: El parné.

Esta como decía al principio del artículo es la madre del cordero. Porque, cuando te cuentan que viajar a Noruega es caro, es posible que no llegues a concebir totalmente la dimensión que la palabra caro puede llegar a adquirir.

Quizá en el hecho de que no te hagas a la idea influye que el problema de Noruega no es llegar. Hay vuelos bastante asequibles: 120€-200€ i/v en lowcost. Y fíjate que ni tan siquiera el problema es alojarse (al menos en las ciudades principales)... hay hoteles "apañados", lo que vendría a ser algo parecido a un "Ibis" de 3*, que no diré que son baratos, pero tienen un precio que es bastante similar al de otras ciudades europeas, entorno a los 80€-100€/noche la habitación doble. Esto hace que cuando te planteas ir, inconscientemente pienses: pues... no es tan caro... si yo he estado en "aquí sitio donde has estado" y los hoteles costaban lo mismo. Craso error amigos, craso error. Porque el problema verdadero es una vez que has llegado hacer lo que se conoce por turismo: comer en un restaurante, dormir en un pueblecito perdido de la mano de dios, moverte por el país, etc.

Y es que para que te hagas una idea: cenar en un restaurante de los asequibles, 1 plato y 1 postre, bebiendo sin alcohol, 2 personas, te va a costar lo mismo que 1 noche de hotel (80€). Si te vas a un restaurante de los puestecitos y te tomas ese mismo plato, ese mismo postre y una botella de vino, la cuenta te subirá automáticamente a unos 150€-175€ la pareja. Desayunar o comer algo ligero: una bebida y un sandwich se te va a los 10€ fácilmente. Un trayecto de 3 kilómetros en autobús lo pagarás a 3€. Por un trayecto de media distancia (150Km.) en autobús 40€. En un supermercado pagarás por un pan de bocadillo individual 1.40€ y por la manduca para echarle dentro (jamon york, fiambres de cerdo, queso en lonchas...) entre 2.5€ y 4€ por cada 100gr. Una cerveza (0.5L) en un bar tiene el nada desdeñable precio de 11€-12€ la más barata, su cerveza nacional Hansa de barril. En el momento que te vayas a algo un poco más elaborado lo normal son 15€ por cada 0.5L. Si piensas que la solución es ir al supermercado, es relativamente cierta, un bote de Hansa de 0.5L en el supermercado te costará sólo 4€. Sinceramente, en los 6 días que he estado en Noruega salvo los museos, muchos de los cuales son gratuitos, no puedo decir que haya nada barato.

Ante esta perspectiva hay que tener una cosa clara: pretender ir a Noruega con menos de 120€/día/persona implica dormir en dormitorios compartidos, viajar exclusivamente en autobús, centrarse en actividades turísticas gratuitas y comer de supermercado.

Un presupuesto razonable para ir a Noruega, sin lujos, son 150€/persona/día. Nuestro presupuesto aproximado era de 160€/persona/día. Que decidimos repartir de la siguiente forma: 66% para costear el viaje propiamente dicho (vuelos, desplazamientos y hoteles) y 33% para comer y hacer actividades. El reparto tiene un poco de trampa, no obstante, porque algunos desplazamientos son una actividad turística (Ferry por los fiordos, tren de Fläm, ...).

Planificación: El itinerario.

Con el lugar más o menos ubicado (fiordos), las fechas más o menos decididas y el presupuesto más o menos ajustado, tocó decidir qué hacer a grandes rasgos.

Tras un estudio bastante concienzudo concluímos unas cuantas cosas que nos ayudaron a decidir:

  1. Alquilar un coche es una buena opción siempre que vayas a hacer una ruta circular en temporada media o alta (en otro caso te puedes encontrar carreteras cerradas). Es decir, coger el coche y dejarlo en el mismo lugar. Para este caso el precio se mueve sobre ~50€/día por alquiler de un coche pequeño. Sin embargo, si no vas a hacer ruta circular y vas a dejar el coche en un punto y dejarlo en otro los precios se disparan de forma considerable (~120€/día). 
  2. Si no vas a hacer una ruta circular, la mejor forma es combinar transportes "públicos" que te sirvan para hacer la ruta. Para esto hay una actividad turística que lo hace por ti y te da unos precios bastante competitivos: Fjordtours. Básicamente es un sistema de viaje "a tu aire" donde tú dices de dónde quieres salir (entre unas opciones) a dónde quieres llegar (entre otras opciones) y te proponen unas rutas, donde puedes hacer noches en el camino, en base a transporte público (tren, ferry y autobús).
Nosotros no íbamos a hacer una ruta circular porque se nos iba mucho tiempo y porque las fechas no nos cuadraban, para hacer ruta circular teníamos que estar 8 días y nos era imposible estar más de 6 por motivos familiares. Y además estaba el riesgo de carreteras cortadas.

De entre todas las rutas disponibles en Fjordtours (en temporada baja no están todas) decidimos que la que nos gustaba era la más conocida: Norway in a Nutshell, haciéndola desde Bergen hasta Oslo y haciendo noche en Fläm (un pueblecito en un fiordo). El coste de la ruta, sin hotel, era de 200€/persona, incluyendo tren de Bergen a Voss, autobús de Voss a Gudvangen, ferry turístico de Gudvangen a Fläm por el Nærøyfjord y Aurlandsfjord, tren de Fläm y tren de Myrdal a Oslo.

Con esa idea en la cabeza necesitábamos un avión que nos dejase cerca de Bergen y otro que nos recogiese cerca de Oslo. Para esto Ryanair nos vino como anillo al dedo (no defiendo a Ryanair, pero tampoco lo defenestro; su trato con el cliente es nefasto, pero su calidad de servicio es más que aceptable e incluso superior al de otras compañías reputadas no lowcost). 

Elegimos hacer un Alicante-Haugesund y un Oslo/Rygge-Alicante. Volando un sábado a las 7.00AM y volviendo un jueves a las 11.00AM. El coste de los billetes fue de 120€ i/v por persona. Llegar a Haugesund lo vimos como una posibilidad de turistear desde allí hasta Bergen haciendo uso de un ferry que recorre esa ruta cerca de la costa.

Con lo cual el itineario quedaba tal que así:

  • Sábado 10.30AM - Haugesund.
  • Sábado 11.15AM - Ferry Haugesund-Bergen
  • Sábado 14.30AM - Bergen.
  • Domingo - Bergen
  • Lunes - Norway in a Nutshell - Bergen-Fläm.
  • Martes -Norway in a Nutshell- Fläm-Oslo.
  • Miércoles - Oslo. 
  • Jueves 11.00 - Oslo.
  • Jueves 14.30 - Alicante.
Mapa del recorrido

 

Planificación: Los hoteles. 

Los hoteles, la verdad, es que ha sido el menor de los problemas. Y en general hemos quedado más que satisfechos de la elección. Eso sí, hay que tener claras las siguientes cosas:

  1. En las ciudades principales (Bergen y Oslo) hay una oferta turística suficientemente amplia como para cubrir todas las posibilidades que quieras. Hay hoteles muy apañados por precios relativamente contenidos entre 80€ y 100€ por noche la habitación doble.
  2. El desayuno generalmente va incluído en el precio de la habitación de muchos hoteles y no hay posibilidad de reserva "sin desayuno". Esto hace que la habitación se encarezca de forma significativa. Un desayuno pueden ser unos 20-25€/persona. 
  3. Fuera de las ciudades principales los hoteles se encarecen y 140€-160€ por noche la habitación doble es el precio medio y seguramente será con desayuno sí o sí.
Nuestra elección fue ir a un hotel sin desayuno en Bergen y Oslo, mientras que en Fläm decidimos tirar la casa por la ventana e irnos al hotel más puestecito del lugar.

Para Bergen el ganador fue el Basic Bergen que la verdad es que nos sorprendió agradablemente: hotel reformado, aire moderno, habitación amplia, suelo de parquet, cama cómoda, televisión TFT, nevera, hervidor de agua, aseo satisfactorio, etc. Aunque tenía un defecto importante: el aislamiento acústico con la calle era malo (échate unos tapones para los oídos, lo agradecerás en fin de semana).El precio fue bastante bueno, lo conseguimos en oferta por 85€ la noche de habitación doble.

Para Fläm las posibilidades no eran muchas y decidimos optar por algo seguro escogiendo en el que parecía el mejor hotel de la zona: Fretheim Hotel. La experiencia fue muy buena. El hotel, al menos fuera de la temporada alta, es increible. Habitaciones confortables, servicio de restauración excelente y vistas impresionantes desde desde el bar y los salones de acceso libre. La broma salió por 135€ la noche de hab. doble.

Por último en Oslo volvimos a optar por algo más modesto y el elegido fue el Comfort Hotel Xpress. Un hotel moderno, sin mucha pretensión, pero limpio y con habitaciones cómodas. Su coste fue de unos 95€ la noche la habitación doble sin desayuno. 

Planificación: Pagar en Noruega.

Como bien sabes, supongo, los noruegos son muy suyos y no tienen Euro. Bueno, realmente, por no pertenecer, no pertenecen ni a la Unión Europea, cosa que han rechazado dos veces, la última en 1994.

Esto hace que para pagar necesites hacerlo en Coronas Noruegas (NOK). 

El cambio aproximado ideal es de 100NOK ~ 13€. Pero, obviamente, a este cambio tienes que sumar la comisión de tu banco o de la casa de cambio, que te hará perder un ~3%.

Otra posibilidad es pagar con tarjeta de crédito, y tranquilo que se puede pagar con tarjeta de crédito hasta en los WC (0,25€). Eso sí, con la tarjeta de crédito te puedes encontrar 2 problemas:
  • Que no la acepten / Que de problemas la pasarela de pago / ...
  • Que la comisión de cambio sea aún peor que la del banco.
Sobre el problema de que la acepten, VISA y Mastercard, en pago físico no hemos tenido ningún problema. Si pretendes pagar con AMEX, lo llevas jodido porque como es habitual no la aceptan en la mitad de los lados.

Sin embargo, como descubrirás una vez allí, muchas cosas se pagan "por internet" antes de hacer uso del servicio. En algunos sitios, además, sólo se puede hacer así y en otros no hacerlo así implica pagar más.

Para pagar por internet muchas tarjetas dan problemas, concretamente lo que da problemas es la pasarela de pago de Redsys, una bastante usada. Y desgraciadamente en la mayoría de sitios no aceptan pago con Paypal.

Sobre el problema de la comisión, la mejor tasa de cambio nosotros la hemos encontrado en tarjeta de crédito Mastercard, que tiene una comisión entorno al 1,5%. Eso sí, recuerda que este es uno de esos países donde no te piden ninguna identificación para pagar y donde no siempre se paga con una operación validada por PIN (nosotros no hemos tenido ningún problema de fraude, pero lo comento igualmente).

Planificación: Cosas que echar en la maleta.

Su tiempo es un asquete y cambia más que la opinión de un adolescente. Ante esto hay una serie de cosas que agradecerás llevar y que Decathlon te proveerá por algo menos de 100€:

  • Unas botas de montaña que tengan una suela mínimamente antideslizante y que sean resistentes al agua. Sí, ya sé que no es glamuroso, pero créeme que si no las llevas las echarás en falta.
  • Un chaquetón que sea verdaderamente impermeable y que tenga un aguante de unas 2-3 horas de lluvia moderada. 
  • Un pantalón impermeable, porque en caso de que se líe a llover, el agua del chaquetón irá a parar a tus pantalones y si no son impermeables terminarás como una sopa (te lo digo por experiencia puesto que es lo único que no llevaba). 
  • Una camiseta térmica. No siempre la necesitarás, pero si te hace falta la agradecerás.
  • Una pantalón interior térmico. Igual que la camiseta térmica, no te la pondrás todos los días, pero el día que te haga falta agradecerás tenerla.
El paragüas es un elemento bastante inútil a poco que se levanta viento, algo que allí no falta. Con lo cual, tú mismo, es cierto que te proporciona un confort bastante bueno si no hace viento... pero a poco que haga viento será un trasto inútil a cargar.

Además de esto coge todos los tickets/facturas/reservas que has hecho y llévalos contigo. Independientemente de que los hayas abonado previamente o no lo hayas hecho. Luego descubrirás el motivo. 

Además de esto el resto de cosas son las normales para un viaje, no hacen falta adaptadores de enchufe, ni nada parecido. Tampoco necesitas echar el pasaporte, con el DNI es más que suficiente.

En Ruta: Día 1 - Haugesund y Bergen. 


Lo primero que descubrimos nada más llegar es que el autobús del aeropuerto a Haugesund se paga cuando te bajas y no cuando te subes, curiosidad más que nada. Lo segundo es que íbamos muy justos de tiempo para coger el ferry que hacía Haugesund-Bergen. 

El avión aterrizó a las 10.30, sí. Pero el autobús no salía hasta las 11.00 y el barco era a las 11.15. La cuestión es que perdimos el barco por 5 minutos (son 20 minutos de trayecto hasta la ciudad). 

Este fue el primer cambio de planes. Y tocó "improvisar", aunque ya habíamos leído que había autobuses Haugesund-Bergen, que tardaban prácticamente lo mismo y que también incluían paseo en ferry, sólo que más corto (45 minutos).

Pues efectivamente, en vez de bajarnos en el puerto continuamos a la estación de bus, y vimos que a las 11.40 había un autobús Haugesund-Bergen operado por los señores de Nettbus y con un coste de 35€/persona. Decidimos cogerlo.

Y aquí vino la segunda sorpresa, cuando nos subimos al autobús después de dejar el equipaje, (cosa que todo el mundo hacía sin pagar y sin comprar billete, descubrimos que todo el mundo llevaba impreso el billete desde casa. Cuando le preguntamos al chofer por la posibilidad de comprar el billete en el autobús nos dijo que tal cosa no era posible, que los billetes sólo se vendían en internet.

Obviamente fue un momento WTF?! Sin embargo, aquí descubrimos que los noruegos son tíos majos, vale que no quieran ser europeos, pero son majos. ¿Por qué? Porque el señor conductor decidió prestarnos su iPAD para que, mientras íbamos en ruta, pudiésemos comprar el billete y luego enseñárselo. Sí, tal cual suena. El señor nos dejó subir al autobús sin billete, nos dio su iPAD personal para que comprasemos mientras viajábamos y esperó a que le llevase el billete comprado. Además, como la web está en noruego, otro viajero nos fue guiando durante el proceso.

Y aquí surgió el siguiente problema. Efectivamente: pagar. Como ya he comentado arriba el pago por Internet no siempre es sencillo. En el caso de pagar los billetes: no aceptaban paypal, no aceptaban AMEX y las opciones se reducían a Mastercard y VISA. En nuestro caso rechazó el pago con dos Mastercard de distintas entidades de crédito y con una VISA de crédito de otra tercera entidad. Afortunadamente pudimos pagar con una VISA Electron de débito de una de las entidades que había rechazado previamente.

Tras el sobresalto, disfrutamos de unas vistas muy chulas desde el autobús, amén que un paseo de unos 50 minutos en ferry (la ruta Sandvikvåg-Halhjem) llegando a Bergen sin mayor contratiempo.

Una vez en Bergen hicimos el checking en el hotel. Y tuvimos que aclarar, de muy buen rollo, eso sí, y sin ninguna acritud por su parte dos asuntos:
  • Ya habíamos pagado totalmente la reserva que habíamos hecho.
  • Si ellos habían decidido movernos de una habitación básica a una habitación superior se lo agradecía, pero no era lo que había contratado y por tanto, si querían moverme el coste lo cubrían ellos.
El problema estaba en que, alguien que no había sido la recepcionista de ese turno, nos había movido de una habitación básica a una habitación superior. Y obviamente el coste a abonar era superior y a mi me aparecía como pagado una cantidad inferior. Pero vamos, se lo expliqué, le presenté mi reserva y mi factura y la chicha me pidió disculpas e indicó que lógicamente el hotel corría con el sobrecoste.

Una vez alojados tocó salir a buscar de comer. Como era tarde (15.00) decidimos hacer comida rápida para ir a pasear por Bergen. Esta fue nuestra primera experiencia con lo que viene siendo "que te roben" por comer. Pedimos un take-away en una bocatería: refresco y bocadillo para 2 personas, con un rollito de canela (sí, el mismo que el de IKEA) para compartir de postre. La broma costó 30€.

En ese momento decidimos que era urgente ir al supermercado y aprovisionarnos, antes de que el hambre volviese a surgir y nos volviesen a pegar una hostia monumental por comer 2 mierdas. Así que fuimos a un Coop Prix para comprar provisiones. Como ya he dicho arriba, no es que los supermercados tengan precio mercadona, pero se ahorra. Por unos 20€ puedes comprar para comer todo un día para 1 persona. Nosotros compramos panecillos (1.50€ la pieza), jamon york (2.50€ los 100gr), queso de cabra típico brunost color café (3€ los 85gr), ramen preparado (3€ el pack), nescafé capuccino (3€ los 8 cafés) y cosas por el estilo.  Me salté los arenques que personalmente no me van, pero me compré un tubito de Kaviar (una pasta de huevas de bacalao ahumadas y endulzadas que usan para el desayuno). Nota el queso de cabra marrón merece la pena probarlo, de verdad. Normalmente lo encontrarás en el desayuno y está verdaderamente rico. Al principio el aspecto tira para atŕas, pero luego... ¡te comerías 1KG!

Bueno, pues aprovisionados, decidimos dejar la comida en el hotel y dar un paseo por Bergen para inspeccionar para el día siguiente. Bergen, vaya por adelantado, que a pesar de ser la segunda ciudad más grande del país, tiene 250.000 habitantes, y lo que es el núcleo histórico se recorre en una tarde. 

El recorrido lo empezamos vagando tranquilamente hasta llegar a la zona del muelle hanseático. Recorrer la ciudad a media tarde es una actividad recomendable, puesto que tiene rincones agradables y con bastante encanto: casitas, iglesias, parques... que forman un conjunto arquitectónico agradable y bastante bien integrado.

Llegados al muelle hanseático, lo siento, pero debo decir que no me pareció nada impresionante. Es pintoresco, presenta un frontal muy bonito visto desde el otro lado de la dársena, las tiendecitas que hay en los antiguos almacenes son pintorescas, pero no sé, quizá esperaba algo más. Es decir, no me pareció más encantador el muelle que otros muchos rinconcitos de la ciudad.

Después del muelle tocó la actividad que a mi personalmente más me gustó: subir a la cima del monte Fløyen haciendo uso del funicular Fløibanen.

Las vistas, en la que te acompañará bastante personal autóctono, sobre todo jóvenes que suben a tomarse unas cervezas a media tarde (desafiando la ley que prohibe beber en la calle), son simplemente impresionantes y ver un atardecer tomando un chocolate caliente con Bergen a los pies es una experiencia muy interesante. Eso sí, conviene ir abrigadito.

Decidimos finalizar la tarde volviendo al hotel y cenando tranquilamente en la habitación, degustando una cerveza nacional Hansa, unos bocatas y unos postres.

Esa noche era sábado y descubrimos que aunque nosotros quisiésemos dormir como lirones después de un día largo, la juventud noruega tenía ganas de emborracharse hasta las 3 de la mañana. Insisto: unos tapones para los oídos no hubiesen venido mal.

En Ruta: Día 2 - Bergen.

Era domingo y se puede resumir de una forma sencilla: llovía como si fuese gratis y hacía un día de perros. Era algo que aunque esperado no nos alegró. No obstante, teníamos que salir para ir a la estación de tren y coger los billetes de Norway in a Nutshell (te los dejan en las oficinas de venta de billetes de las estaciones de donde salen las rutas). La estación es un edificio que merece la pena visitar, aunque no viajes en tren, sólo por contrastar cómo la segunda ciudad más importante de Noruega, un país con petróleo y una de las rentas per cápita más altas del mundo, tiene una estación mucho más sencilla que gran parte de las capitales de provincia españolas.

Por tanto, con la intención de visitar la estación nos pertrechamos con mallas térmicas, camiseta térmica, gorro, guantes, anorak impermeable, botas impermeables y paragüas. Y debo decir que el paseo fue muy bien hasta que se levantó viento y se jodió el invento. Es decir, mientras pudimos ir bajo paragüas no se estaba mal, no hacía frío y la lluvia no te daba directamente. Pero en el momento que se levantó viento, el paragüas se convirtió en algo inútil y la lluvia comenzaba a golpearte directamente.

Llegamos a la estación de tren, recogimos los billetes y decidimos continuar la ruta por donde la habíamos dejado el día de antes: queríamos visitar el museo hanseático y el museo de la ciudad. Nuestro gozo en un pozo. Al llegar al museo hanseático un cartel informaba que "lo habían movido de sitio" a una calle que no supimos identificar, y no había un transeunte al que preguntarle, mientras que el museo de la ciudad no abría por ser domingo (su horario extendido empieza el 1 de mayo).

El plan B era ir al acuario de Bergen, pero tras meditarlo nos pareció un poco estúpido ir a un acuario que es algo que se puede hacer en España y otra cosa no... pero acuarios megalómanos tenemos unos cuantos.

Por lo tanto acordamos que lo mejor que podíamos hacer era ir al hotel, dejar que pasase la lluvia y relajarnos tranquilamente. La lluvia pasó casi a la hora de la cena. Así que decidimos que había que continuar conociendo Bergen, y ya que habíamos mantenido una dieta a base de bocadillos y latas, había que hacerlo disfrutando de una buena cena.

El lugar elegido para la cena fue Pingvinem, literalmente "el pingüino", uno de los bares-con-comida más emblemáticos de toda Noruega debido a que mantienen gran parte de la cocina tradicional del país: albondigas tradicionales, salmón fresco salvaje, costillas de cordero, estofado de cordero ... además tiene unos precios bastante asequibles (15€-25€/plato) para lo que es cenar en noruega. El lugar tiene encanto. Además sigue un formato bastante extendido en Noruega: sitios que abren de cuatro de la tarde a tres de la mañana y donde entre las siete de la tarde y las diez de la noche te dan de cenar; mientras que el resto del tiempo funcionan como pubs. La cena propiamente dicha consistió en un plato de salmón, un plato de cerdo al horno, dos cervezas y una cocacola. El precio fueron unos 70€. Eso sí, debo decir que la calidad de la materia prima es verdaderamente alta y la preparación perfecta, aunque siempre bastante sencilla, alterando lo mínimo el producto, lo cual para mi es de agradecer.

Después de la agradable cena dimos un paseo por ciudad, volviendo a buscar los mismos rincones que más nos habían gustado por el día, pero esta vez con el encanto que tiene verlos iluminados por la noche. Tras la cena y el paseo nocturno, tocó descansar.


En Ruta: Día 3 - Norway in a Nutshell - Rumbo a Fläm.

La sensación al partir de Bergen no era del todo buena, por un lado había estado bien, el funicular a mi personalmente me pareció encantador y la cena en el Pingvinem verdaderamente deliciosa. Sin embargo, teníamos la idea de que nos debíamos haber perdido algo. Pero por otro lado no supimos encontrar el qué. Es decir, si el día anterior no hubiese llovido, tampoco parecía que Bergen tuviese un tesoro oculto por descubrir ese día. Es una ciudad con encanto, sí, pero nada más. Si es por ciudades, hay otras ciudades mucho más enriquecedoras que visitar, tan pintorescas o más, y muchas de ellas en nuestro propio país.


Con lo cual salí de allí con una sospecha: todo el tiempo que pases en Noruega visitando ciudades es tiempo que no estarás visitando lo que hace a Noruega especial, sus espacios naturales. Esta sospecha no tardé mucho en confirmarla. Sólo hace falta subirse en el tren que sale de Bergen rumbo a Voss para contemplar paisajes sorprendentes y sobrecogedores.

Llegados a Voss, que no tiene mucho que ver, continuamos la ruta en autobús hacia Gudvangen y nuevamente asistimos a otro festival de paisajes: paisajes brumosos, paisajes nevados, cascadas de agua, ríos, lagos hasta donde te alcanza la vista totalmente congelados, lagos en proceso de deshielo, ...

Una vez llegados a Gudvangen sentimos por primera vez la masificación del turisteo. Con lo cual si en mayo el ferry ya tenía una cantidad de gente significativa (no agobiante, pero sí significativa) no quiero pensar qué debe ser en temporada alta ya que Gudvangen parece ser un punto bastante recurrente en los circuitos por los fiordos y es el punto desde el cual sale el ferry que te lleva por el Nærøyfjord, patrimonio de la humanidad, y Aurlandsfjord.

El paseo en barco es una experiencia bastante interesante y te permite ver muy cómodamente tanto los pueblecitos que hay bordeando el fiordo, como los accidentes naturales más significativos. Por cierto, en el Nærøyfjord si se está atento se puede ver la población de marsopas que hay en él, de la de focas, que se supone también hay, yo no vi ninguna.

El trayecto dura aproximadamente unas 2,5 horas y debo decir que no se hace corto, aunque tampoco largo. Es el tiempo justo para disfrutar del paisaje sin que te llegue a parecer monótono, seguramente si durase una hora más, terminarías saturado pues aunque es un paisaje espléndido desde el barco no es tan heterogéneo como para justificar más trayecto.

Al llegar a Fläm gran parte de la gente se dispersó hacia sus dos mayores atracciones: el museo del tren de fläm y el propio tren. Nosotros a su vez nos dispersamos hacia nuestro hotel, el cual debo decir que hacía honor a su fama y con diferencia es la construcción más significativa de todo Fläm. Una vez instalados decidimos repetir la estrategia de comprar algo ligero para comer en el supermecado (Fläm tenía supermercado, algo de agradecer) y prepararnos para deleitarnos con la cena que nos sugirieron en recepción. Sinceramente no intentamos buscar otro sitio para comer, pero creemos que no hubiese sido sencillo.

Tras la comida frugal de supermercado nos lanzamos a explorar las inmediaciones en un agradable paseo que nos llevó hasta el pueblo más cercano, Häreina, y hasta una cascada que se puede ver cuando se viaja en el tren de Fläm, pero que a nosotros nos apeteció visitar andando en un paseo de aprox. 1,5 horas entre ir y volver.

Después de pasear se hizo la hora de la cena y pudimos disfrutar de un comedor con vistas al fiordo en el que nos sirvieron uno de los mejores solomillos de ternera que he probado en mi vida, verdaderamente exquisito, acompañado de una botella de buen vino y de un pastel de manzana caliente con crema de vainilla fría. Eso sí, el precio estaba en consonancia a lo esperado: 175€ la cena para dos. Por cierto, merece la pena después de cenar subir al observatorio del hotel, en la buhardilla, y contemplar el cielo nocturno.

En Ruta: Día 4 - Norway in a Nutshell - Rumbo a Oslo.

Despertar nos trajo una sorpresa: había atracado un crucero, no muy grande, pero un crucero (suerte la nuestra). Así  que para sobreponernos a la masificación hicimos acopio de un buen desayuno noruego, incluído en la noche de hotel, y que como el resto de la cocina del lugar era de una calidad más que notable. 

Desayunados, nos dispusimos a hacer la primera actividad del día: visitar el museo del ferrocarill de Fläm, un museo que aunque pueda parecer que no tiene nada excesivamente notorio merece la pena visitar por conocer más de cerca una obra de ingeniería que costó, desde luego, sangre, sudor y lágrimas. El dichoso ferrocarril es una de las líneas férreas convencionales (es decir, que no sea un tren de cremallera o un funicular) con más desnivel del mundo: 865 metros en 20KM. Además como cosa pintoresca, además de permitirte conocer detalles de la obra y del tren, te permite ver los cacharros que llegaron a hacer circular por las vías: bicicletas, motos, coches ... iguales que los convencionales pero diseñados para ir sobre raíles. 

Visto el museo, no se tardan más de 45 minutos en verlo con detenimiento, nos propusimos hacer una excursión, aprovechando que el crucero había activado la atracción turística. Descartamos el paseo en barco por el fiordo, sin embargo nos llamó la atención la visita de aproximadamente 1,5 horas a Stegastein que es algo así como El Púlpito de los pobres, en definitiva una plataforma sobre el fiordo que permite obtener unas vistas increíbles de todo el Aurlandsfjord. El precio es de 20€ por persona, pero sinceramente merece la pena contemplar ese paisaje. 


Una vez retonarmos de Stegastein justo a las 13.45, nos pareció un buen momento para deleitarnos con una comida en el restaurante del hotel, más modesta que la cena, pero de excelente factura: confit de pollo y tarta de queso por unos 40€/persona. 


Después de comer tocaba abandonar Fläm, rumbo a Myrdal, en el ya mencionado tren de Fläm. Un trayecto inolvidable que permite contemplar en poco menos de una hora otro conjunto de paisajes asombrosos en un serpeteante trayecto entre valles y colinas: ríos, cascadas, lagos, bosques, nieve ... Para llegar al destino: una aldea de montaña que sirve como enlace con el tren Bergen-Oslo. 

Si el tren de Fläm es un espectáculo fantastico, por contrapunto no hay mucho que hacer en Myrdal. Nosotros nos tomamos un chocolate caliente y vimos caer una nevada impresionante desde la estación. En el exterior había -4ºC. Afortunadamente el enlace con el tren hacia Oslo salía en 1 hora, así que la espera fue corta. 

El trayecto del tren Bergen-Oslo, en contra de lo que se pueda pensar está clasificada como una de las mejores atracciones turísticas en varias guías de viajes y parece ser que es uno de los viajes en tren más interesantes del mundo. Yo después de haberlo hecho puedo decir que no mienten. Es una forma de contemplar los paisajes más pintorescos en 5 horas. Primero se atraviesa una cordillera montañosa, completamente rodeada de nieve, luego nos acercamos a la meseta y por último se inicia un descenso entre bosques inmensos, ríos y lagos para llegar a Oslo. Si el trayecto durase 3 horas sería doblemente interesante: verías lo mismo y el final del trayecto sería más llevadero. De las 21.30 a las 22.45 el viaje se me hizo cansado. Pero la alta velocidad parece que es algo que los señores noruegos no tienen prisa por poner... desde luego tenemos que hacernos sus amigos para enseñarles a gastar su dinero. Como llegamos antes de las 23.00, hora a la que cierran los supermercados, aprovechamos para comprar el desayuno (hay que ser previsores). 

Llegados a Oslo, y con el desayuno en una bolsa, sólo nos quedaron fuerzas para arrastrarnos hasta el hotel. Hotel que nuevamente cumplió las espectativas, funcional, limpio y confortable, pero donde nuevamente tuvimos que mantener un diálogo con la chica de recepción puesto que el importe que a ella le aparecía por las habitaciones era superior al importe que a mi me aparecía en mi reserva. Tras enseñarle la reserva, todo se solucionó satisfactoriamente. Sin embargo hay que estar atento, puesto que ella te informa de los precios en coronas. En tu reserva puede que aparezca el precio en coronas y también en euros y es normal que tú sólo te hayas quedado con los euros, y te suenen igual 1390NOK que 1590NOK sobre todo cuando estás hablando en un idioma que no es el tuyo.

En Ruta: Día 5 - Oslo

Oslo. ¿Qué puedo decir de Oslo que no ofenda a nadie? Sinceramente, me la pela ofender a alguien. Oslo es feo. Así de sencillo. Están intentando crear un Oslo moderno, pero no tienen gusto, de resultas que van plantando pegotes modernos al lado de edificios antiguos, sin que aquello resulte agradable a la vista de forma alguna. 

La sensación ss algo así como "tenemos pasta" y tenemos que hacer "algo importante" que nos coloque en el mundo, y toda la contención y mesura que se aprecia en Bergen y en el resto del país ha desaparecido y parecen afectados por el virus "Paco Camps". Sin ir más lejos se han montado una ópera que podría estar en Valencia y tienen intención de remodelar todo el puerto. Sinceramente, no sé cómo lo dejaran cuando lo acaben, ahora mismo ya os digo que es un auténtico caos, ya no sólo por las decenas de obras, que también, sino porque como he dicho ... la mezcla de estilos es indescriptible y desde luego poco favorecedora. 

¿Qué tiene bueno Oslo? Sin duda, sus decenas de museos. Es una ciudad culturalmente potente. Yo me quedé sin visitar el museo nacional, porque era 1 de mayo y estaba cerrado. Así que no pude ver a Munch. Pero como al mal tiempo hay que poner buena cara, decidimos dejar al señor Munch, dar un paseo por la ciudad, visitar la zona del palacio real y del centro, cogernos un paseo en velero por el puerto (25€/persona), que tenía parada en la opera y en la zona de los museos, para bajarnos en esta última y disfrutar de otro par de museos: el del Fram (está muy muy bien ver el barco y poder meterte dentro, en serio, cuando llegas piensas que es una réplica pero no, es el barco de verdad, el mismo que llevó a Amundsen al polo sur y ciertamente es algo que no suele ser común, poder entrar dentro de un barco histórico, verlo, tocarlo, etc.) y además de este estuvimos en el de los barcos vikingos, no tan impresionante, en el sentido de que no puedes subirte a los barcos, pero con un valor histórico muy alto. No todos los días se ven cosas, normalmente perecederas, que tienen 11 o 12 siglos de antigüedad y se encuentran en un estado de conservación tan bueno. 

Las entradas a los museos estaban sobre los 8€-9€, cosa que se me antojó barata por contraste con el resto de ocio. La comida fue un perrito caliente en el museo del Fram, por el que seguramente pagué una cantidad indecente de dinero, pero como en comparación con el resto de comida no era mucho, no lo recuerdo. Calcula 10€ por un perrito y una cocacola. 

Finalizados los museos decidimos volver al centro de Oslo para tomar una copichuela en quizá la mayor turistada que hicimos en todo el viaje: visitar el bar de hielo de Oslo. Para volver cogimos un autobús, por el que nos sablearon 4€ por persona por 15 minutos de trayecto. Luego nos dimos cuenta que si hubiesemos comprado el billete por internet hubiesemos pagado 2€.

Llegados al bar de hielo, ¿qué puedo decir? Que para costar 20€ la entrada con derecho a una copa... el sitio no merece la pena. Es un sitio peculiar, sí. Pero teniendo en cuenta que sólo puedes estar 45 minutos, que las copas no pueden ser de lo que tú quieras, sino un conjunto de cockteles "prediseñados" y que realmente cuando llevas más de 30 minutos empiezas a sentir un poco de frío ( no mucho, pero sí un poco )... la experiencia es bastante prescindible. Por cierto, la entrada se puede comprar por internet, pero la pasarela de pago no acepta tarjetas españolas, ni paypal. 

Pero bueno, tomada la copa y visto el bar de hielo decidí que para quitarme el mal sabor de boca lo mejor que podía hacer era ir a cenar a un sitio que prometía: una cervecería local con cerveza de elaboración propia y menú tipo brasserie. Y ciertamente, visitar Amundsen Bryggeri & Spiseri, fue un acierto. Cenamos francamente bien: para compartir al centro tartar de ternera, mejillones a la cerveza, pollo braseado y tiramisú. Para beber cerveza de elaboración propia. La cuenta no llegó a 100€, que la verdad, para el precio que se gastan por estos lares, me atrevo a decir que era una "ganga".

En Ruta: Día 6 - Vuelta a casa.

Poco que decir. Nos levantamos, desayunamos nuevamente con lo comprado en el super, nos dirigimos a la estación y pillamos el bus a Rygge (20€/persona) para volver a casa. 

Otras cosas útiles

Aquí iré poniendo cosas que creo que serán útiles conocer:
  • Todos los noruegos que hemos conocido hablan inglés, pero no todos los noruegos tienen un inglés perfecto. Es posible que durante el viaje tropieces con gente, sobre todo fuera de las grandes urbes, que tiene un nivel de inglés básico, vamos, como el de un español cualquiera. Así que tendrás que hacer un esfuerzo por comunicarte y no dar por sentado que todo el mundo habla como un londinense. 
  • Por lo general los noruegos que hemos encontrado no inician una conversación, ni la van a continuar de forma innecesaria. Ni siquiera cuando entres a un establecimiento/bar/etc. Es decir, si tú dices "Hola", ellos te responderán con "Hola" y con una gran sonrisa, pero no esperes que continúen la conversación. Lo que quieras lo tendrás que decir tú. Si quieres una mesa, si quieres una cerveza, si quieres un venado con cuernos montado en bici... Pídelo, no esperes que te pregunten: ¿qué quiere usted? Porque tal cosa puede no suceder o tardar mucho tiempo en suceder. Una vez lo pidas se desvivirán por atenderte ( no es broma, tienen una gran atención al cliente ) pero no  antes de que pidas lo que deseas. Tampoco te extrañes si después de atenderte se esfuman como si no existiesen. 
  • Hay Internet gratuito en muchos sitios, pero no hay internet gratuito en todos los sitios. Debido a que nunca sabes cuándo lo vas a necesitar (comprar un billete, comprar una entrada, ...) es muy útil llevar tarifa de datos para Europa en el móvil. Asegurate, eso sí, que Noruega está incluida en tu tarifa de datos para Europa. 

Conclusiones

Esto es lo más relevante de todo lo que he contado:
  • Noruega es tan maravillosa como la pintan y tan cara como nos advierten. 
  • Diseña el itinerario con el que te sientas cómodo.
  • Viaja en la fecha que mejor se adapte a tus expectativas. 
  • Lleva varias tarjetas de crédito y de débito. También lleva coronas en efectivo. 
  • Mira siempre por internet antes de disfrutar de cualquier tipo de servicio, seguramente tenga una web y es muy probable que online sea más barato de comprar.
  • La sensación que mantengo es que los días que pases en las ciudades serán días que no disfrutes de lo verdaderamente importante del país. 
  • La comida es tan excelente como cara, de una calidad en la materia prima muy por encima de la que estamos acostumbrados en España y de un precio mucho mayor. 
  • El servicio de atención al cliente es francamente bueno, todo el mundo que trabaja de cara al público lo hace con una sonrisa y con una verdadera disposición para ayudarte, más allá de lo que se entenderían como "funciones propias del puesto". 
  • El tiempo es variable y molesto. Ve preparado para la lluvia y para el frío. 
  • Debido al tiempo tus planes pueden cambiar rápidamente, adáptate lo mejor posible y no te cabrees, no tiene mucho sentido.